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Tuesday, December 26, 2006
PERFILES MUNDIAL ALEMANIA 2006- Zinedine Zidane
Zizou
“Ríe como la Madre Teresa de Calcuta y mira como un asesino en serie”, fue como lo describió el cantante de rock Jean-Louis Murat. El mundo conoce su lado angelical pero pocos, antes del cabezazo a Materazzi, su fragmento demoníaco, ese que ha logrado eclipsar con base en nobles actitudes.
Su primer entrenador, Jean Varraud, debió esforzarse demasiado para conseguir que él no se peleara con todo aquel que lo provocaba. Del Cannes pasó al Bordeaux, donde adquirió su apodo de “Zizou”, el que reemplazó al familiar “Yaz”, rebautizo de sus hermanos. “Tú podías ver a un extraordinario jugador con un temperamento fuera de control”, relata su técnico en el Bordeaux, Rolland Courbis.
Esos dos años fueron un período de redirección no exitoso en un 100%. Su talento lo llevó a la Juventus en donde deslumbró con sus jugadas y la buena sociedad que conformó con Alessandro Del Piero. Pero Zinedine Zidane ofuscaba al Presidente Gianni Agnelli por sus acciones extrafutbolísticas: sus frecuentes visitas a clubes nocturnos de Turín; las mujeres y los carros le restaban concentración en sus primeros meses en la Vechia Signora.
En el Mundial de Francia en 1998 su expulsión contra Arabia Saudita, tras pizotear a Fuad Amín, fue tomada por algunos como su revancha ante los extremistas árabes. En sus inicios en Le Championat debió soportar a los miles de aficionados que le gritaban y a los jugadores que lo insultaban por su sangre argelina. Al Presidente Jean Marie Le Pen no le agrabada mucho la inclusión de hijos de inmigrantes en el seleccionado nacional de fútbol y que únicamente Zidane merecía estar ahí por ser el hijo de un harki. Esa palabra árabe hace referencia a los argelinos que lucharon a favor de Francia durante el estado colonial que sólo finalizó en 1962.
Al anotar dos goles en la final del Mundial ante Brasil les dedicó el título a su otra patria: “esto fue para todos los argelinos orgullosos de su bandera, para todos aquellos que han hecho sacrificios por su familia”. Y rompió su silencio: “Mi padre no es un harki. La única cosa que puedo decir es que él nunca peleó en contra de su país” y sobre su difícil condición económica en la infancia, en los suburbios de La Castellana de la deprimida Marsella, Zinedine Yazid Zidane ha sido claro: “Fui afortunado al crecer en una zona difícil. Allí aprendí no sólo de fútbol sino de la vida. Me crié con niños de distintas razas y familias pobres. El fútbol fue la parte fácil”.
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