Sueño con un mundo sin fanatismos de ningún tipo, sesgos irracionales que registraron y registran muertes a diario. Sueño con un mundo sin fanatismos ideológicos, deportivos, políticos ni religiosos. Un mundo donde la felicidad esté en las acciones simples, en la reconciliación entre miradas aparentemente incompatibles. Un mundo donde no importe quién gane o quién pierda un juego; un mundo que viva en el juego y donde no se juegue a la muerte.
Un mundo sin fronteras creadas: donde el caminar de un barrio a otro no sea una práctica de alto riesgo, donde pensar y expresar ideas contrarias sean un ejercicio de crecimiento mutuo. ¿Seré un soñador fanático?